El Papa Francisco, al tratar la cuestión del agua en la encíclica Laudato Si’, afirma que “el agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana” (Laudato Si, 28). El agua es, pues, un tema vital… de vida o muerte.
En este sentido, es fácil comprender a los agricultores que se opusieron a la extracción de la presa “La Boquilla” que los funcionarios federales solicitaron para el pago de agua a Estados Unidos según el acuerdo de 1944. Pues, sin agua, no hay producción, los alimentos se encarecen, aumenta la pobreza y, por último, llega la muerte en múltiples formas (violencia, enfermedad, hambruna…).
La presencia de la Guardia Nacional ante la toma de “La Boquilla”, es ya un signo de represión. Es natural, la función de la Policía, el Ejército, la Guardia Nacional, o cualquier otra autoridad de ese campo, es represiva, no de diálogo. Por lo tanto, creo que era innecesaria e injustificada.
Más que el uso de las autoridades represivas, el Gobierno Federal necesita abrirse al diálogo, pues, las razones que llevaron a la toma de la presa son importantes.
Para empezar, Chihuahua nunca ha dejado de cumplir con el tratado de 1944. Óscar Ibáñez, director ejecutivo de la Junta Central de Agua y Saneamiento, explicó que, al 31 de agosto de 2020, la cuenca del Conchos, que está en Chihuahua, aportó 224.67 metros cúbicos por segundo, que es el 52% de entre los seis afluentes del Río Bravo (cf. cambio.gob.mx).
Además, el 28 de mayo de 2020 Conagua aceptó recurrir al acta 234 del Tratado, que, según explica el Dr. Ibáñez, se utiliza para condiciones de sequía en las que hay problemas para cumplir con el acuerdo.
Y, por último, lo más importante para evitar la extracción de la presa “La Boquilla” es, precisamente, la sequía por la que atravesamos; por este motivo, René Almeida, secretario de Desarrollo Rural, afirmó que “si sigue este nivel de extracción para el siguiente año no habría agricultura en la región centro-sur del estado, no habría producción lechera, ni algo de la producción de carne de ave, sería un desequilibrio de toda la cadena productiva” (cf. cambio.gob.mx).
En su encíclica, Papa Francisco nos advierte que las consecuencias de una mayor escasez de agua incluyen el aumento del costo de los alimentos y de distintos productos que dependen de su uso (cf. Laudato Si’, 31). En pocas palabras, se provoca el aumento de la pobreza y de la muerte.
Por lo tanto, independientemente de las banderas y camisetas de partidos políticos, de discusiones entre los amantes del presidente Andrés M. López O. y los amantes de la oposición, los mexicanos debemos unirnos, dialogar, y llegar a una solución para este conflicto, porque es un asunto de vida o muerte.